"¡Que Alberto descanse!"
Carlos
M. Reymundo Roberts
LA
NACION
De
los dos bandos en que se ha dividido el país, en favor y en contra de la
cuarentena, yo me ubico en el primero.
Quiero
que se extienda seis o nueve meses.
Incluso
un año.
Pero
selectiva.
Todos los
argentinos podemos volver ya mismo a nuestra vida normal.
Alberto,
usted
quédese guardado en Olivos.
De
onda se lo digo.
Lo
noto cansado, irascible.
Como
que ha perdido el optimismo de diciembre, la mansedumbre de enero, los sueños
de febrero y la inocencia de marzo.
Querido
profesor, han sido meses de una intensidad inaudita.
El
camino que va del líder prudente al patroncito fastidioso y enojón tiene que
haberlo dejado al límite de sus fuerzas.
El
país entero rinde tributo a ese empeño descomunal y, además, le concede un
reposo. Total, las espaldas las tiene bien cubiertas.
Empecé a pensar
en la necesidad de que afloje con el laburo cuando lo vi equivocarse, otra vez,
con las filminas.
Y,
en el mismo sainete, con las referencias a nuestros vecinos.
Señor,
algo tiene que hacer con las filminas.
Y
con los vecinos.
Lo
de las cifras se puede arreglar fácil:
Antes
de darnos clase llame al 120, el número del Ministerio de Salud que responde
consultas sobre la pandemia.
Yo
llamé
-no una vez, varias- y nunca me atendieron, pero a usted le van a dar más bola.
En
cuanto a los vecinos, para evitar esas incómodas disculpas a las que se ve
obligado cada vez que los critica, le propongo que les avise antes.
Tipo:
"Piñera,
hoy tampoco voy a resistir hacer mención a que ustedes son un desastre y
nosotros, los campeones del coronavirus. No lo tomes mal. No puedo con mi
genio".
El
que avisa no traiciona.
Terminé
de confirmar lo del agotamiento al verlo anteayer en Formosa.
Como
dice un amigo, de la A a la Z, la enciclopedia del error.
Ni el
dictadorzuelo Gildo Insfrán es un ejemplo, ni esa provincia es "el
modelo a seguir".
Usted
estuvo un ratito, en la capital.
Yo
la recorrí de punta a punta hace tres años y no encontré más que pobreza,
millones de personas subsistiendo con planes o miserables sueldos de empleados
públicos, un sistema policíaco, la destrucción del aparato productivo y a los
señores del narco disfrutando de ese territorio despejado.
Tiene
razón Eleonora Cole.
Desde
que es Presidente, usted nos señaló dos ejemplos:
Moyano, 33 años
al mando, e Insfrán, 25.
Sin
atender a otras señas de estos dos personajes, ¿cuántos años le gustaría
quedarse?
Digo,
¿lo charló con la señora?
En
Formosa se dio un abrazo con Gildo.
El
metro y medio y los barbijos te los debo.
También
te debo el distanciamiento del gentío que se juntó espontáneamente para
aplaudirlos.
En
un desliz, lo trató de "loco" a Macri, pero se rectificó enseguida.
Bien.
Alguna
reserva le queda en el tanque.
Si
me permite un comentario: ¿no nota que su verbo suele traicionarlo?
Como que no frena a tiempo.
Habrá
escuchado eso de "antes de hablar, piénsalo dos veces".
Usted
pruebe con cuatro.
A
Dady Brieva le está funcionando.
Lo
digo en serio.
Creo
que va a coincidir conmigo:
Dady
no se fue de mambo cuando le pidió que "seamos Venezuela ahora".
Es un provocador
profesional, hace foquismo desde el micrófono, y lo hace bien.
Dice
cosas viralizables, que son tendencia.
Si
todos los gobiernos tienen francotiradores a sueldo, por qué el de Cristina iba
a ser la excepción.
Y
para esa misión tan poco edificante no se puede convocar a un filósofo, un
catedrático.
Necesita
orilleros como Dady, D'Elía o Mariotto ("Si Alberto no hubiera sido
moderado, no ganábamos, pero ahora hay que terminar con la moderación").
O
Fernanda Vallejos, a la que usted acaba de enterrarle en Formosa el proyecto de
rapiñarse acciones de las 186.000 empresas asistidas por el Estado a raíz de la
emergencia.
Perfecto,
señor.
A esa pichona le
faltan horas de vuelo en el aparato propagandístico del nacional/populismo.
Y
perfecta la reacción de Insfrán, con un cuarto de siglo de estatizador, que
aguantó la risotada.
El
modelo Insfrán: una provincia con
dueño y sin actividad privada
Por
cierto, no debería inquietarse por la sucesión de marchas, cacerolazos y
autazos en contra de la cuarentena.
No
vea allí el germen de una resistencia a su autoridad ni, mucho menos, de
insurrección.
La
gente está harta del encierro y todos los bondis la dejan bien para salir a dar
una vuelta.
Yo
mismo tengo ganas de ir a una protesta en mi barrio por la proliferación de
comadrejas.
Convengamos que
ciertas normas del confinamiento parecen excesivas.
Como
escribió esta semana Luciano Román en LA NACION (de paso, no dejen de leerla en
este link ), algunas restricciones ya no encuentran justificación.
Una
entre tantas: ¿por qué podemos salir a pasear el perro y no a caminar solos?
Uh,
me equivoqué: justo a usted vengo a hablarle de perros.
Sigo
con enorme interés la cuenta de Dylan en Instagram, donde se define como
"un Collie nacional & popular" y "el mejor amigo del
Presidente".
Y
cuenta que tiene un hijo que se llama Prócer Fernández.
Increíble,
señor.
No
el nombre, sino que el cachorrito también tenga una cuenta en IG, con casi
70.000 seguidores.
Me
dicen que usted en persona atiende ese espacio de interacción
humano-canino-digital.
Efectivamente,
el sábado pasado vi un posteo de Dylan y, después, que usted lo reposteaba.
Ya
no me quedan dudas, Alberto.
Le
va a venir bien un descanso…
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