Por Enrique Guillermo Avogadro
"Quien controla el miedo de los
individuos, se convierte en dueño de sus almas".
Nicola Machiavelo
El
kirchnerismo ha aprovechado el confinamiento extremo para avanzar con prisa y
sin pausa sobre los derechos constitucionales y las instituciones, sobre todo
aquéllas vinculadas a la disposición de fondos y al control del proceder del
Ejecutivo y de las personas que ocupan cargos públicos.
La ciudadanía, aún sometida a la campaña
de terror iniciada por la prensa internacional y aprovechada por los populismos
de todo signo, ha reaccionado a esas movidas con tolerancia bovina.
Sin
embargo, la semana deparó una luz de esperanza frente a la degradación que este
anómalo presente ha permitido:
El
jueves, la bancada opositora en el Senado, indignada por una arbitraria
modificación de las reglas pactadas para las sesiones virtuales, hizo valer su
número y evitó que Cristina Kirchner obtuviera la aprobación del anacrónico
proyecto de ley de alquileres que, al imponer nuevas regulaciones estatales,
paralizaría al mercado inmobiliario y lo haría retroceder casi siete décadas.
Lo
relevante fue que esa actitud contó con el apoyo de los veintinueve senadores
que integran el bloque encabezado por Luis Petcoff Naidenoff.
Ese número, de mantenerse, constituiría
una insuperable barrera para la intención de designar Procurador General de la
Nación, es decir, jefe de todos los fiscales federales, al Juez Daniel Rafecas.
Ya que será extendida a todo el país la
vigencia del nuevo Código Procesal Penal, los subordinados del Procurador
pasarán a decidir la apertura -o no- de las causas judiciales por corrupción y
otros delitos federales y a conducir la etapa de instrucción de las mismas,
limitando a los jueces a controlar la legalidad de los procedimientos.
Si recordamos que Rafecas fue quien
dispuso, sin investigación, el archivo de la denuncia que costó la vida al
Fiscal Alberto Nisman contra la actual Vicepresidente por la firma del
memorándum con Irán, podremos tener una
verdadera dimensión acerca del triunfo que ese nombramiento significaría para
Cristina Fernández en su bastarda guerra contra la Justicia.
Basta
sumarla a la que ya obtuvo con la designación de Carlos "Chino" Zannini
como Procurador del Tesoro, aun cuando se encuentra procesado por corrupción.
Este caso es aún más grave, desde el
punto de vista económico, porque se ha convertido en una enorme piedra en el
zapato de la Juez Loretta Prieska, que tiene a su cargo el monumental juicio
que inició en 2015 el fondo Burford Capital (¿estará Cristina Fernández
detrás?) contra la Argentina por el incumplimiento del contrato social de YPF
cuando se estatizó el 51% de la empresa ignorando al 25% de los
Eskenazy/Kirchner, cuyos derechos compró…
La
magistrada rechazó ayer la posibilidad de que la acción fuera juzgada en
nuestro país precisamente porque Zannini, jefe de los abogados del Estado, podía
influir en nuestra Justicia.
La sociedad entera debiera estar alerta
y vigilante frente a la probabilidad de que algunos de los senadores que esta
semana obedecieron la decisión colectiva del bloque opositor acompañe el proyecto
kirchnerista, sea votando a favor de esa cuestionada designación, sea
ausentándose de la sesión.
Porque algunos gobernadores de
Cambiemos, de quienes dependen los legisladores, pueden sentirse obligados por
sus necesidades a acompañar la propuesta, dado que sus provincias dependen
mucho de los dineros que llegan desde la Casa Rosada.
El otro punto destacable de lo sucedido
esta semana está vinculada a la publicación, en el sitio "Cohete a la
luna", de Horacio "Perro" Verbitsky, de la lista de quienes sacaron
dólares -calificado como "fuga" por el oficialismo, pese a ser legal-
del circuito bancario.
La pretensión era demostrar que los
empresarios vinculados a Mauricio Macri eran los malos de la película pero,
sorprendentemente, el listado estuvo
encabezado por testaferros y amigos de los Kirchner, en especial por los
miembros de la familia Eskenazy, quienes prestaron su nombre para la
costosísima apropiación del 25% de YPF.
Puede adjudicarse ese tiro en el pie a
una de dos razones:
a)
una nueva demostración de la torpeza con que se maneja el kirchnerismo,
algo que se confirma con sólo mirar a las formas en que ha negociado la deuda y
en que ha conducido las relaciones internacionales,
o b) a una complicada movida interna
dentro del oficialismo, también habitual como lo demuestran las contradicciones
entre los ministros y sus subordinados, debidos al "loteo" que
Alberto Fernández ha implementado para dar cabida a los fieles del Instituto
Patria y de la Cámpora y a los jerarcas de los movimientos sociales, que se han
adueñado de los fondos de ayuda a los necesitados.
Por ahora, nos mantendrán encerrados
otras tres semanas.
Mientras tanto, la economía continuará
hundiéndose en una miseria sin fondo.
Bs.As., 6 Jun 2020
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