Humor
político
Alejandro
Borensztein
¿Gacelas?
¿Tigres? ¿Pulpos? ¿Conejos?
El
peronismo podría haber elegido cualquier otro animalito para definir a los
antiperonistas.
Sin
embargo les pusieron “gorilas”.
Feos,
peludos, olorosos, culones, es el mote perfecto.
Eso
se llama tener talento político.
Frente
a otra especie animal, el peronismo no hubiera sido lo mismo.
Imaginemos
un discurso:
“¡¡Por
cada uno de los nuestros que caiga, caerán cinco de ellas… malditas ardillas
oligarcas!!”.
Así,
el Movimiento Nacional Justicialista no hubiera llegado a ningún lado.
El
término “gorila” fue un verdadero hit en la historia del peronismo.
Si
bien fue acuñado en 1955 por un antiperonista, Aldo Cammarota, fueron los
perucas quienes lo impusieron, demostrando una vez más el ingenio que han
tenido estos tipos para mantenerse vigentes a lo largo de 70 años y la
creatividad para guionar una historia de novela que ahora promete lo mejor.
Arrancaron
en el 45 con Perón y su segunda esposa Evita como protagonistas excluyentes y
fundacionales.
Después
del golpe del 55 y tras 18 años de exilio, el general Perón vuelve al país en
el 73, esta vez acompañado por su tercera esposa Isabelita, y es electo
presidente.
Al
año muere y lo reemplaza la vicepresidenta que, casualmente, era su mujer.
De
ese modo, Isabel Perón pasó a ser la primera presidenta constitucional de la
Argentina, mal que les pese a los kirchneristas que insisten en decir que la
primera mujer en ejercer ese cargo fue la Gran Conserje de la Patria Grande.
En
marzo del 76 Isabelita es derrocada.
Dos
años después se estrena en Londres el musical “Evita” transformándose en uno de
los mayores éxitos teatrales del mundo.
Sin
embargo, para el espectador extranjero resultaba difícil entender que Isabelita
y Evita eran dos mujeres distintas y que habían pasado 22 años entre la muerte
de una y la presidencia de la otra.
Uno
como argentino entiende todo, pero póngase en el lugar de un noruego, amigo
lector.
Un
general, dos esposas.
Una,
líder de los descamisados y la otra, Presidenta de la Argentina.
No
es fácil.
Para
colmo en la obra también aparecía el Che Guevara.
Imagínese
a un tipo que vive en Wisconsin, va a New York y entra al teatro.
Se
divertía, pero no entendía nada.
Lo
que para nosotros era normal y parte de nuestra historia, para el resto del
planeta era una extravagancia tan fascinante como incomprensible.
He
ahí el talento peronista.
Superados
la Triple A y los Montoneros, vinieron Luder y Herminio, más tarde el fenómeno
Menem, luego Duhalde y en 2003, cuando la miniserie “The Peronists” parecía
agotada, lanzaron una nueva temporada, esta vez protagonizada por otro
matrimonio presidencial que vino a proponernos un sueño:
Alternarse
en el poder hasta el check out en el lobby del The Kirchner Hotel Spa &
Resort.
Cumplida
la primera presidencia, el marido le traspasó la banda a su esposa y luego
ésta, habiendo fallecido él, se hizo volver a poner la banda por su propia
hija, ante el asombro mundial.
Fuera
de toda discusión política, como línea
argumental es imbatible.
De
hecho, los americanos están intentando hacer una remake con Bill Clinton y
Hillary, pero a esa historia le falta punch porque entre el gobierno del él y
la candidatura de ella pasaron 15 años.
Los
guionistas le agregaron el personaje de Trump para darle más dramatismo, pero
en el fondo no pueden compararse con la magia de los nuestros.
Hoy el peronismo
dejó atrás a Perón, a Evita, a Isabel, a Menem, a Kirchner, a Ex Ella y va en
busca de su nuevo líder.
¿Sacarán
de la galera otra pareja?
Derrotados
Scioli-Rabollini, se perfila muy bien el matrimonio Massa-Malena y atrás, se
arriman los Urtubey-Macedo.
Sin
embargo, esta vez el liderazgo parece que se recicla por otro lado.
Inspirados
por esa creatividad que supo imponer el mote de “gorilas”, el peronismo se ha
lanzado a escribir un nuevo capítulo superador.
Tal
vez, el más audaz de su historia.
Yo
se que usted, amigo lector, leyó el título de esta nota y se la ve venir.
Me
da raro escribirlo.
Pero
así como durante 18 años todo dependía de los mensajes que llegaban de Puerta
de Hierro, hoy en día no hay un sólo peronista que abra la boca sin pensar en
la Basílica de San Pedro.
Los
planetas se están alineando detrás de una idea cósmica.
Impensada.
Ni
al General se le hubiera ocurrido semejante genialidad:
Un
partido político conducido desde Roma por… ¡¡el Papa!!
No
sé si el Compañero Papa lo va a asumir, pero sin duda el peronismo ya ha
decidido que quiere ser adoptado por él.
Sutilmente
lo expresan sus protagonistas.
No
pasa un día sin que algún dirigente cite una frase papal.
Desde
la CGT hasta D’Elía y desde los renovadores hasta el kirchnerismo duro pasando
por Pichetto, Scioli, Moreno o Domínguez.
Ya nada ocurrirá
en el PJ que contradiga al Sumo Pontífice.
El
que tenga alguna duda, que le pregunte a Aníbal Fernández.
Aquel
modelo del General, hoy tiende a replicarse.
Las
peregrinaciones a Roma equivalen a las de Madrid.
Una
foto con él, lo vale todo.
Gustavo
Vera, como delegado personal, no tendrá la estatura de Paladino ni el carisma
del Tío Cámpora, pero con un poco de producción y un cambio de peluquero la
puede remontar.
Los
cantitos sirven igual.
A
los sumo habrá que tunear alguna letra.
Che
gorila, che gorila, no te lo decimos más en la Piazza de San Pedro, qué de
misas vamo’ a dar
Se
pueden reciclar los de los años 70, como por ejemplo:
¡¡Qué
pasa, qué pasa, qué pasa Santidad, que esta lleno de prelados el gobierno
popular!!
O
el inolvidable: ¡¡Qué linda, qué linda, qué linda la Argentina, con el Hospital
de Niños en la Capilla Sixtina, Ex Ella y sus monaguillos, que tanto lo
insultaron, hoy se cuelgan del estribo papal porque el colectivo peronista ya
no les para.
Si
hace rato que tratan de chorearse al Papa, ¿cómo no iban a intentar chorearse
esta semana a Yrigoyen y a Alfonsín?
El
último mensaje desde el Vaticano explicando por qué no viene a la Argentina
rememoró la vieja tradición de las grabaciones clandestinas.
¿Hay
un liderazgo vacante o el tema ya está resuelto con esta jugada genial?
Mientras
los peronistas esperan una respuesta de su representante en la Tierra, el Señor
desde el cielo le acaba de hacer una caricia a Lilita.
Le dio un beso,
la abrazó fuerte y la mandó de vuelta 0km para que siga cuidando de todos
nosotros.
Bienvenida
otra vez a la lucha por la República, cosita linda.
Gracias
a Dios.
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