Por
Roberto Cachanosky
Si
el Gobierno no hubiese de entrada dividido en seis el Ministerio de Economía,
generando una gran descoordinación de la política económica; y dada la gravedad
de la herencia recibida, hubiese
entendido que necesitaba un plan económico consistente, con un equipo
económico con gente de trayectoria y prestigio que generaran confianza, con
gente con horas de vuelo para evitar errores groseros que se cometieron de
entrada, la historia del último
domingo hubiese sido diferente.
¿Era
previsible la corrida cambiaria que llevó a la crisis del 2018 a la derrota electoral
del domingo?
Definitivamente
sí.
Ya
en noviembre de 2016 tuve un debate con otro economista en la ciudad de Rosario
que decía que el modelo de las Lebac convergía al equilibrio porque la tasa de
interés era menor a la inflación y defendía a muerte la política monetaria de
Federico Sturzenegger.
Era evidente que
no tenía horas de vuelo en términos de haber vivido la economía argentina y
tampoco hacía el análisis correcto.
Pensaba
en términos de que se licuaba la deuda por la tasa de inflación y no veía, por grosero error de análisis y falta de
experiencia, que la apuesta era tasa versus dólar.
Fue
once meses después cuando, cualquiera que hubiese analizado o vivido alguna de
las tantas crisis anteriores, sabía que ese esquema de las Lebac era inviable.
Gracias
al endeudamiento externo para financiar el gradualismo, esa política de "te doy tasa, dame dólares"
aguantó todo el 2017 y le dio un gran triunfo a Cambiemos en las elecciones de
medio término.
Cuando
el 28 de diciembre de 2017 se anunció la baja de la tasa de interés,
anticiparon lo que iba a ser inevitable:
El
cambio de cartera.
Al bajar la tasa
de interés, el que apostaba a que la tasa le iba a ganar al dólar dudó y
dolarizó su cartera.
Esa
corrida junto con la sequía, generaron un gran impacto sobre el mercado de
cambios que obligó al gobierno a salir corriendo a buscar el apoyo del FMI.
Y no tuvieron
mejor idea que subir la tasa y cambiar las Lebac por las Leliq que son otra
bomba de tiempo.
Pero
pusieron la tasa de las Letras del Banco Central en niveles insólitos,
acentuando la recesión.
El
gradualismo terminó en lo que tenía que terminar:
En
una gran recesión, crisis cambiaria e inflación. La peor combinación posible
para llegar bien parados a las elecciones.
Es
más, por definición el gradualismo producía un gran desgaste en la población
porque el gradualismo no es otra cosa
que anunciar malas noticias todos los días.
Hoy
te aumento el gas, mañana la luz, pasado el transporte, etc., generando un
desgaste fenomenal en la población, en particular en la clase media que, además
de pagar el ajuste de las tarifas de los servicios públicos (como
correspondía), no le bajaron los
impuestos porque el Gobierno siguió manteniendo los planes sociales.
Es
decir, castigó a la clase media que le dio el triunfo en 2015 y 2017 para poder
beneficiar a los perceptores de planes sociales, quienes muchos además de no votarlos, le cortan la calle.
El
tema ahora es, ¿qué hacer para revertir este escenario electoral?
Si
se acepta que en gran medida el Gobierno perdió por la economía, y también se
acepta que fue buena parte de la clase media la que le soltó la mano, la lógica indica que el gobierno debería
reconquistar rápidamente el apoyo de ese sector de la población.
El Gobierno perdió por la economía, y también
se acepta que fue buena parte de la clase media la que le soltó la mano
¿Cómo?
Anunciando
una inmediata suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias a
partir de septiembre.
Esa
reducción debe ir acompañada de una disminución en el costo de los planes
sociales.
La inmensa
mayoría de los que reciben esos planes sociales no vota a Cambiemos ni lo va a votar.
Hay que recrear
la cultura del trabajo
Si
me dicen que le incendian el país les contesto:
Vean
la respuesta del mercado financiero al resultado del domingo y elijan qué tipo
de incendio quieren.
¿Acaso
esta fiesta de reparto de planes sociales no ha generado un incendio económico
que le hizo perder al gobierno las PASO por paliza?
Además de
restablecer los valores republicanos que la clase media demanda, el Gobierno
tiene que restablecer la cultura del trabajo.
Me
dirán que la gente que vive de planes sociales se muere de hambre si no se los
dan.
Todos
sabemos que no es así, salvo casos muy particulares.
Que
los planes sociales se han convertido en un gran negocio político lo sabemos
todos y que los dirigentes piqueteros
extorsionan con los cortes para cobrar planes también lo sabemos.
Bien,
la clase media, esa que puede darle el apoyo que necesita el gobierno, es la
que está harta de pagar esos planes y no poder ahorrar, no llegar a fin de mes
y no poder soñar con comprarse un departamento.
Si junto con eso
se hace el canje de las Letras Intransferibles que tiene el BCRA por bonos de
largo plazo para dominar mejor el mercado de acá a las elecciones, contaría con
dólares y bonos para absorber la liquidez en la medida que no renueven los
depósitos a plazo fijo, se puede llegar mejor a las elecciones y descomprimir a
la clase media que está harta de sostener a una legión de gente que vive de su
trabajo.
Esa
clase media es la que terminó dándole la espalda al gobierno.
De
acá a octubre el Gobierno tiene que dar señales concretas de cambiar el rumbo
económico, terminando con la cultura de la dádiva para volver a la cultura del
trabajo.
Si
no se anima a hacer esa tarea, que le deje el lugar al peronismo, que
la cultura de la dádiva la maneja mejor
Me
parece que Mauricio Macri debería tomar nota de que tiene que cambiar su
gabinete.
Los
que le hacían ganar las elecciones y gobernar pésimo ya ni le sirven para eso.
Son los
mariscales de la derrota económica y electoral.
Y,
duplicaría la apuesta y anunciaría una dolarización de la economía para el
segundo mandato porque Argentina no está en condiciones de tener moneda.
Pondría
sobre la mesa temas desafiantes como empezar a terminar con los planes
sociales, bajar la carga tributaria empezando por la clase media y una gran
reforma monetaria que termine con la inflación que desde hace décadas destruye
el salario de la gente.
No
hay espacio para las medias tintas de aquí a octubre…
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