¿ESTÁ EN LA ROSADA O EN EL INSTITUTO PATRIA?
Malú
Kikuchi
Era
inevitable que sucediera.
Sucedió.
Empezó la guerra
abierta entre el Alberto F y su Vice.
Desde
que CFK eligió su candidato presidencial, hecho inédito en la historia y se
propuso ella como candidata a Vice, teniendo ambos explicitas diferencias, la
semilla de la discordia estaba presente.
Desde el
comienzo se notó la tensión entre ellos.
Los
gestos desagradables de CFK hablando con Alberto el día de la asunción, los
discursos y los tuits de ella, siempre enviando algún pinchazo para Alberto.
Discusiones
hacia dentro del espacio político del Frente.
A partir del 9
de julio todo cambió.
CFK se sacó la
careta y declaró la guerra abiertamente.
Pareciera que
Alberto y su Vice tienen visiones antagónicas de la patria posible.
CFK
sueña con un chavismo populista de izquierda (para el pueblo, no para ella y su
gente) y el Presidente no se sabe qué quiere ni hacia dónde va.
CFK
elogiando el artículo de Alfredo Zaiat de Página 12 el lunes 13/7, que
describía una economía cerrada y criticaba al empresariado que acompañó al
Presidente el 9/7.
Mamá Hebe,
lenguaraz de CFK, con más brutalidad acusó al empresariado de crímenes inexistentes.
Luego
del encuentro virtual de Alberto con legisladores de Juntos por el Cambio, Mamá
Hebe lo acusó de dormir con cocodrilos.
Se
sumó Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo, por regla general con más sentido
común que Mamá Hebe.
Y
De Vido.
Al
que le contestó Juan Grabois.
Un
verdadero conventillo de sainete barato, que debería avergonzar a sus actores
principales.
Pero
todo esto desgasta, roe la figura presidencial.
Alberto
quiere conciliar, es parte de su personalidad, su Vice no lo tolera.
Una vez más el
pueblo argentino en medio de una interna peronista.
Hechos
que recuerden los 70, no son buenos para nadie.
Ezeiza,
el desencuentro entre el PJ ortodoxo y el PJ de extrema izquierda,
Perón
debiendo aterrizar en otro aeropuerto y todo lo que siguió, y como terminó,
aterroriza.
Los
tiempos no son los mismos… por ahora.
Alberto
no es el Perón de 1973 y Cristina no es montonera, pudo serlo en su momento y
no lo fue, pero la situación es complicada.
La Vice está
esmerilando con lima de metal grueso a su Presidente.
La
pregunta es, ¿sólo le está “marcando la cancha”
o pretende reemplazarlo?
La
contestación vendrá con el tiempo.
Andrés
Malamud, analista político, profesor en la universidad de Lisboa, Portugal,
sostiene que las personalidades de ambos funcionarios son muy, pero muy
distintas.
Cuando
CFK choca, redobla la apuesta, cuando AF choca, retrocede.
Y
basta recordar el caso Vicentín, donde el Presidente dio marcha atrás, aunque
la senadora Fernández Sagasti, muy kirchnerista, sostiene que la expropiación
sigue en pie.
AF
se animó a que la Argentina criticara a Venezuela en la ONU y le pidió que
tuvieran elecciones transparentes.
Tuvo
que dar marcha atrás.
Con el
Memorándum con Irán fue igual.
Tuvo que dar
explicaciones ante la comunidad judía.
Lo
que criticó duramente fuera del gobierno, no puede hacerlo desde SU gobierno.
Malamud
dice que el ataque K responde a que van perdiendo terreno.
Es
difícil de creer.
Y
sostiene que seguirán los fuegos artificiales y algunos incendios reales, pero que no van a romper su sociedad porque
se necesitan.
Ella
perdió las elecciones del 2013, 2015,
2017, sabe que sola no llega.
Alberto
sin los K, electoralmente no existe.
Con
el correr de los días eso puede cambiar.
Depende
de muchas cosas.
La
eterna cuarentena que fue un éxito al comienzo, hoy tiene que explicarla
detalladamente para que sea aceptada.
Depende
del resultado.
La
economía en terapia intensiva y con malas perspectivas.
La negociación
de la deuda (9º default) en “stabd by”.
Suponiendo
que todo salga bien para Alberto F y la Argentina pueda tener un respiro.
Aun
así, la pregunta será la misma: el poder, ¿estará en la Rosada o en el Instituto
Patria?
Se
aceptan sugerencias...
No hay comentarios:
Publicar un comentario